Nunca más que ahora el uso de la estrategia se reconoce como obligatorio para las organizaciones, independiente de su tamaño. Este término que nace del griego strategos que significa el dirigente del ejercito tiene sus raíces en épocas muy antiguas de la historia humana.
A pesar de lo antiguo del término, su actualidad es latente para nuestra vida diaria. El desarrollo de la estrategia tiene presente el uso adecuado de los diferentes recursos con los que se cuenta para lograr un objetivo definido. No es ningún misterio para nadie que los recursos son limitados y que el uso adecuado de estos para lograr los objetivos es vital para no caer en pérdidas. Esto toma mayor valor cuando las empresas se encuentran con sus competidores en el mercado, y es allí en donde el termino strategos se aplica.
Sin menospreciar los esfuerzos pacifistas de muchas personas u organizaciones, es claro que las empresas se encuentran en guerra constante con sus competidores en los diferentes mercados que atienden y los que preparan para el futuro. Por eso el desarrollo de estrategias adecuadas para conquistar este “campo de batalla” son trascendentales en un mundo totalmente globalizado.
Años atrás el desarrollo de planes de negocios sólo tomaba en cuenta variables nacionales y muchas veces locales. Pero con el advenimiento de la globalización y los medios de comunicación hoy cualquier empresa puede obtener bienes y servicios en cualquier lugar del mundo y gozar de ellos de forma instantánea o en un periodo de tiempo muy corto: en relación con el pasado reciente.
Es en este momento en donde el desarrollo de las estrategias de negocios toma mayor valor, ya que son las que van a guiar a los miembros de la organización para que tengan claridad en las actividades que deben desarrollar para el uso adecuado de los recursos: de forma que estos puedan dar crecimiento y permita generar utilidades que fortalezcan la empresa y puedan luchar diariamente por su espacio en el mercado.
Si bien es cierto la estrategia no es exclusiva de los negocios, sino que lo digan los políticos, es en este primer campo en donde se trabaja con ella diariamente.
Sin llegar a desarrollar una metodología, por lo corto del espacio de este blog, el primer paso de cualquier estrategia se fundamenta en comprender en qué negocio se encuentra nuestra organización para lo cual el desarrollo adecuado de la Misión de la Organización es fundamental. Como segundo paso es necesario contestar la pregunta Hacia dónde va nuestra organización, por lo que contar con una visión clara y definida allana el camino. En este punto, y a pesar de lo que muchos especialistas de negocios actuales que pretenden restar importancia a los conceptos anteriores, se considera que la organización debe de saber quién es y hacia dónde se dirige.
Una vez que la empresa, y especial sus colaboradores, saben quiénes son y hacia dónde van, tienen que comprender el campo de batalla. Por esto es muy importante que tengan presente el Entorno en el cual se desarrolla la empresa y el negocio en el que están inmersos. Es en este punto en donde herramientas como las desarrolladas por Michael Porter en El Análisis de las 5 Fuerzas son de gran ayuda para poder comprender dónde me encuentro y qué puedo hacer para enfrentar adecuadamente mi lucha diaria.
Otro elemento a tomar en cuenta es la definición por parte de la empresa, muchas veces tomando en cuenta sus recursos, del consumidor al cuál quiero atender. Por lo que es necesario delimitar: el mercado meta, la segmentación, el nicho de mercado y el perfil del consumidor. A pesar de las buenas intenciones de una organización y la excelencia de su servicio o producto, se imposible que pueda llegar a todos a la vez. Así es que una vez que se tiene claro a quién quiero conquistar, se desarrollen los objetivos y la definición de las metas.
Es así como una vez, y en este punto, en dónde se tiene claro quiénes somos, a dónde queremos llegar, cuál es el campo de batalla, cuáles son mis recursos, es el momento en qué inicia el verdadero desarrollo de la Estrategia.
Muchas veces, y con gran dolor, las organizaciones omiten estos pasos o los olvidan a la hora de desarrollar sus Estrategias e invierten muchos recursos humanos y financieros, en la obtención de objetivos y metas a los cuales les faltan claridad y se pierde tiempo valioso sin dejar de lado, muchas veces, dinero que se obtuvo con grandes sacrificios.
